martes, 20 de junio de 2017

Sobre la reciente muerte de un torero

No me alegra la muerte de este ser lleno de ignorancia y de un ego monstruoso, ni mucho menos aplaudo su repudiable oficio; "TRADICIÓN" le llaman ellos; siempre me ha parecido un error nefasto seguir y transmitir "tradiciones" de cualquier tipo, sin antes indagar su origen o poner en duda su contenido u objetivo. Apelemos un poco a la raíz de la palabra "tradición" que proviene del sustantivo latino "traditio" que se deriva a su vez del verbo "tradere" que significa "Entregar" y nos damos cuenta entonces que las tradiciones no son verdaderas en sí mismas, es decir, "tradición" no es algo que nos defina o nos identifique inamoviblemente, así las tradiciones son vacías, mutables, renovables según su carencia o benevolencia. Ya bien lo decía Nietzsche, si una tradición o cultura resultan perjudiciales para el desarrollo de un individuo o comunidad, es menester echar a la basura toda esa tradición cultural y sobre sus ruinas erigir una nueva. 

¿Entonces, qué queremos "entregar" a nosotros mismos y a los demás, "tradiciones" caducas, enfermas, sádicas; que obstaculicen nuestro desarrollo y el de todos o tradiciones liberadoras, autocríticas, que fomenten  el respeto y compasión por cada uno de los seres vivientes y sintientes? 

¿Tú qué prefieres? ¿Qué fomentan tus tradiciones?